En Latinoamérica, más de 10 millones de personas hicieron su primera compra online en el primer año de la pandemia, convirtiendo a la región en el mercado de más rápido crecimiento para el comercio electrónico.
El futuro llegó y al golpear a la puerta dijo: “Su pedido ya está aquí”. El eCommerce es una de las grandes novedades del siglo XXI; tras la pandemia, con una avalancha sin precedentes en la incorporación de usuarios y la consolidación de nuevas modalidades, este tipo de comercio se convirtió en el emblema de la nueva normalidad.
América Latina es un escenario destacado de esta transformación. Más de 10 millones de latinoamericanos hicieron su primera compra online durante 2020, lo que representó un vertiginoso aumento del 37% en apenas un año, según Morgan Stanley, firma global de servicios financieros. Adicionalmente, este crecimiento se había prácticamente duplicado para 2022, convirtiendo a la región en el mercado de más rápido crecimiento del eCommerce en todo el mundo.
A nivel local, datos compartidos por ProColombia muestran que, de 2019 a 2021, las ventas globales a través de eCommerce crecieron de 3 a 5 billones de dólares, lo que da a los comercios y emprendedores colombianos la oportunidad de ofrecer sus productos o servicios al mundo.
Pese a todo este crecimiento, el volumen de ventas online en América Latina alcanza apenas el 20% de las ventas minoristas totales. De acuerdo con Morgan Stanley, el mercado de eCommerce en Latinoamérica ronda los 100.000 millones de dólares, un número que podría duplicarse en 2025. En el caso de Colombia, el comercio electrónico tuvo un crecimiento del 34 % en 2022, frente al año anterior, según el informe trimestral presentado por la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE).
Las diferencias entre nuestra región y los mercados desarrollados es precisamente el tamaño de la oportunidad que el ecosistema tiene por delante.
Un camino con grandes desafíos
Durante años, el desarrollo del comercio electrónico en Latinoamérica se enfrentó a dos situaciones: las dificultades logísticas y de infraestructura, y la escasa penetración de medios digitales de pago.
Ese panorama ya cambió. Con una de las poblaciones más jóvenes del planeta, la penetración de los smartphones en América Latina se intensificó. Esto, sumado a una mayor conectividad, preparó el terreno para la democratización del comercio digital. En Colombia, según datos de la encuesta Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en los hogares, realizada por el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), el 61,6% de los hogares tienen conexión a internet. Paralelamente, se produjo un singular crecimiento de startups y jugadores tradicionales que combinan capilaridad territorial con tecnología y que abrió el camino a muchos más “vendedores online”.
Por otro lado, se produjo una revolución en el ecosistema de pagos. En 2022, de un total de oportunidades de pago que ronda los 1.4 billones (trillones, en inglés) de dólares en toda la región, incluyendo retail y ecommerce, las tarjetas de débito y crédito ya han alcanzado el 44%. Otros medios digitales en conjunto acarician el 20%, dejando al efectivo solo en el 37% de la torta. Un panorama totalmente diferente al de pre-pandemia.
“El eCommerce ha demostrado ser uno de los principales vectores de inclusión financiera. Y ha crecido gracias a una retroalimentación virtuosa con el desarrollo de los medios de pago: la digitalización de los pagos impulsa el crecimiento del comercio digital, tanto como el crecimiento del eCommerce potencia la digitalización de los pagos. Desde Geopagos acompañamos a la industria en este camino, desarrollando infraestructura tecnológica de aceptación de pagos, para los mundos físico y virtual”, comenta Arturo Ramos, Business Head de Región Andina de Geopagos.
Nuevos escenarios, más oportunidades
El eCommerce amplía las oportunidades de venta a marcas, retailers e incluso pequeños comercios. Esto, en una era marcada por la omnicanalidad, es además una necesidad. La mayoría de las compras en el mundo físico trae consigo una investigación previa en Internet. O, viceversa, quienes ven algo en una tienda física, suelen acudir a un Marketplace para encontrar el mejor precio.
Para los consumidores también se trata de un mundo nuevo. El eCommerce no sólo permite acceder a una oferta más amplia, diversa y con mayor comodidad, sino que habilita modos innovadores de consumir. El rol de las redes sociales e iniciativas como el Social Commerce crecen en toda la región. Las recomendaciones comienzan a tener cada vez más peso en las decisiones de compra.
“En ese sentido, el conocimiento del territorio y la cercanía cultural se vuelven un activo fundamental para las empresas. En un contexto de rápido crecimiento y gran potencial, con grandes jugadores globales que intentan disputar el mercado, las compañías latinoamericanas, emprendedores y pequeños comercios tienen una gran ventaja: la posibilidad de generar vínculos de lealtad con sus clientes”, concluye Ramos, vocero de Geopagos.
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